domingo, 13 de abril de 2025

Dulce natural, cosecha tardía y Chenin dulce: diferencias y recomendaciones

 


Cada vez que me paro frente a la góndola del súper, me pasa lo mismo: miro las botellas, leo las etiquetas, y me pregunto cuál será el vino ideal para esa cena, ese picnic o esa juntada con amigas. 

Durante mucho tiempo pensé que todos los vinos blancos dulces eran parecidos. Pero con los años (y muchas copas compartidas), descubrí que no, que tienen diferencias. No es lo mismo un dulce natural, un cosecha tardía o un Chenin dulce.

Y como es una duda que me siguen preguntando —y que yo también tuve—, en este post quiero contarte, de forma simple y sin vueltas, qué tiene de especial cada uno. Para que la próxima vez que te encuentres frente a la góndola ya sepas cuál elegir.


Dulce natural

El primer vino dulce que probé en serio fue uno de esos “blanco dulce natural” que encontrás fácil en cualquier góndola. Me sorprendió lo liviano que era y cómo el dulzor no empalagaba, sino que te invitaba a seguir tomando.

Después supe que estos vinos se hacen con uvas cosechadas normalmente, pero que durante la fermentación (cuando el azúcar se transforma en alcohol), el proceso se detiene antes de que termine. Así, queda parte del azúcar original de la uva y el vino resulta naturalmente dulce.

Tip: son vinos jóvenes, es decir, para tomar pronto. Lo ideal es disfrutarlo dentro del año o el siguiente a su cosecha, bien fresquitos, con una ensalada, quesitos suaves o incluso solos.


Cosecha tardía

En este caso, las uvas se dejan más tiempo en la vid, hasta que están muy maduras, casi pasas. Eso concentra el azúcar y da vinos más intensos, con sabores a durazno, miel o frutas tropicales. Como tienen menos líquido, se necesitan más uvas por botella, por eso suelen venir en botellas más chicas (500 ml) y ser un poco más caros.

Dato de color: estos sí se pueden guardar unos años. Van ganando complejidad y aromas si los dejás descansar un tiempo.


Chenin dulce

Este fue mi primer amor vinero. No sabía qué era el “Chenin”, pero lo compré igual. Y qué suerte. Es una variedad de uva blanca muy popular en Argentina, y en su versión dulce, es todo lo que una tarde de verano necesita: frescura, suavidad, notas a pera, manzana, a veces un toque floral.

Los vinos Chenin dulces suelen ser accesibles, fáciles de tomar y súper amables con quienes recién empiezan a explorar el mundo del vino.


Entonces… ¿cuál elijo?

  • ¿Querés algo fresco y liviano? Probá un Dulce Natural.

  • ¿Tenés ganas de algo más intenso y concentrado? Animate a un Cosecha Tardía.

  • ¿Buscás un vino más dulce y confiable? El Chenin Dulce no falla.


¿Y por dónde empiezo? Algunas etiquetas para tener en cuenta

Si después de leer todo esto te dieron ganas de probar (¡ojalá que sí!), te dejo algunas opciones que suelen estar en vinotecas y supermercados. Son accesibles, fáciles de encontrar y perfectas para empezar a explorar:

Cosecha tardía:

  • Cosecha Tardía Blanco Dulce – Bodega Norton


  • Benjamín Colección Tardía Blanco Dulce – Bodega Nieto Senetiner


  • Callia Tardío Blanco Dulce – Bodega Callia


Dulce natural:
  • Emilia Dulce Natural – Bodega Nieto Senetiner


  • Marló Dulce – Bodega Bianchi (tiene la botella más linda de todas !!)



Chenin dulce:

  • Santa Julia Chenin Dulce – Bodega Santa Julia



  • Chacabuco Chenin Dulce Natural – Bodega Chacabuco



  • Estancia Mendoza Dulce Chenin Chardonnay – Bodega Estancia Mendoza



Yo empecé por uno sin saber mucho (el Santa Julia, para ser sincera) y fue amor a primer sorbo. Después me animé a los cosecha tardía y ahora cada tanto me llevo alguno distinto para probar. Lo mejor de todo es que no hace falta gastar una fortuna para tomar ricos vinos.

¿Probaste alguno de estos? ¿Tenés otro para recomendar?